A la charla de colegio Notre Damme acudí acompañado de Sadaat Bagirova, una refugiada azerbayana que conocí antes del viaje de pedaleando. Además de ella y los alumnos, también estuvo Sonsoles Echavarren, una periodista del diario de Navarra que publicó esto.
El bombero Xabier Luna recorrió 4.000 kilómetros en bici para recaudar fondos para los refugiados. 52 días de Atenas a Estocolmo. Ahora cuenta su testimonio y el de las personas que ha conocido
Xabi detenía su bicicleta en cada frontera, mostraba su DNI , recibía una sonrisa del policía de aduanas y se sentía “tremendamente avergonzado”. “¿Por qué por tener un trozo de plástico en el que decía que soy español me sonreían y a los refugiados de otros países no les dejaban pasar? ¿O les estaban pegando en un campo a pocos kilómetros? No lo entiendo”. Así lo explica él, vecino de Mutilva de 37 años, cómo se sentía al pasar de un país a otro en su viaje en bici por Europa. Su objetivo; recorrer 4.000 kilómetros para “llamar la atención” y recaudar fondos para los refugiados. “Por eso, fui en bici. Si hubiera ido en coche, no habría llamado la atención ni conseguido ningún titular”, confiesa este bombero del parque de Tudela. El viaje tuvo lugar el pasado julio y ahora cuenta su testimonio y el de las personas que encontró a su paso. Hasta el momento, ya ha conseguido 10.000 euros que la ONG Help Navarra (de bomberos) destinará a los refugiados sirios, afganos, iraquíes, palestinos… que se refugian en Europa. Recientemente impartió una charla a alumnos de 3º y 4º de ESO (13-15 años) del colegio Notre Dame de Burlada. En su intervención le acompañó la refugiada azerbaiyana Saadat Baghirova, pediatra y oftalmóloga de 36 años, y que vive en Pamplona desde junio. Esta semana viajará con su familia a Cádiz, donde ha encontrado trabajo como médico en una residencia de ancianos.
Comenzó su viaje en Atenas (Grecia) el 28 de junio y lo terminó en Estocolmo (Suecia) el 15 de agosto. Fueron 52 días de viaje y 32 sobre la bicicleta (el resto, se encargó de contactar con ONG que le pusieran en contacto con refugiados). En ese tiempo conoció a familias enteras que han huido de la guerra en Siria, en Irak, en Palestina y que malviven en tiendas de campaña esperando que les dejen atravesar una frontera para reunirse con sus familiares en Alemania, Suecia… “Hay países con unas políticas sobre los refugiados muy duras. Les pegan, les maltratan… Incluso les meten a la cárcel y les hacen pagar para luego enviarles de vuelta a sus países”, lamenta.
Cuenta que cada vez que llegaba a un campo de refugiados se sentía “muy bien recibido”. “Recuerdo un caso que me emocionó. Una familia que llevaba 25 días esperando a que les dejaran pasar entre la frontera entre Serbia y Hungría me invitó a comer a su tienda de campaña. No tienen nada y ofrecen su hospitalidad”, cuenta. Conforme avanzaba en su recorrido, añade, más puertas se le iban cerrando. En Grecia (Atenas y Tesalónica) le fue más sencillo ponerse en contacto y entrevistar a refugiados que en otros países. Tras atravesar Macedonia, Serbia, Hungría (donde se niega la entrada a muchos refugiados), Eslovaquia, República Checa (el país más duro con los refugiados, donde los encarcelan), llegó a Alemania y Suecia. “En Alemania la política con los refugiados es muy generosa porque hay muchos”. En Suecia, sin embargo, relata que le costó encontrar y conocer a refugiados (y eso que en Estocolmo viven 50.000). “Nadie me decía dónde estaban, dónde vivían… Al final, dos horas antes de coger el vuelo para España, pude contactar con algunos”.
El viaje no le resultó difícil. Dormía en pensiones, haciendo ‘coachsurfing ‘(alojamiento en ‘sofás’ de casas de particulares), compraba comida en supermercados y la cocinaba donde podía. “Lo que más duro me resultó fue montar en la bici yo solo. Casi no había entrenado antes de viajar. A veces, cantaba y me contaba chistes a mí mismo”. Y no tuvo problemas en las fronteras, donde solo recibía una sonrisa por tener un DNI español. “En cada frontera recibía una sonrisa por ser español, a los refugiados no les permiten pasar”.
La conferencia en el colegio Notre Dame de Burlada tuvo lugar durante un encuentro con alumnos de 3º y 4º de ESO (13-15 años). Con motivo del febrero solidario, una iniciativa del centro en la que se desarrollan actividades relativas a los derechos humanos, el bombero mostró una proyección audiovisual con fotos que él tomó durante su viaje y en las que aparecían las personas con las que se encontró. “Los testimonios humanos siempre llegan más que los datos”, apuntó la directora del centro, Mari Carmen Arozarena. Los alumnos se interesaron por los motivos, las anécdotas del viaje y por cómo colaborar con los refugiados. Al finalizar la charla, los alumnos grabaron en vídeo unas frases de apoyo en inglés que enviarán a las familias que Xabi conoció en su viaje.