La labor que podamos hacer en terreno es vital e importantísima para las personas a las que ayudamos. Ellos y ellas nos lo agradecen infinito. Esa labor no debe parar porque van a seguir estancados en los campos necesitando comer y luchar por sus derechos.
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Pero es aquí donde debemos hacernos eco de lo vivido. Tenemos que levantar la voz y seguir comunicando a nuestro entorno que está ocurriendo. Más aún si son los alumnos los que preguntan qué se puede hacer y qué está pasando. Esa inquietud hay que alimentarla y estimularla para que las siguientes generaciones mejoren lo que ahora no estamos sabiendo hacer. En este caso el Instituto de Sangüesa me invitó a contar mi experiencia. El aforo de 200 adolescentes impactaba, pero se portaron bien y salí esperanzado con lo que viene por delante.
Muchas gracias a Cristina Zamora por preocuparse en sacar esta charla adelante.
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