En 2014 fuimos por primera vez a los campos refugiados saharauis. El objetivo era grabar un documental sobre el reparto de alimentos (lo enlazo abajo). Conocer su realidad, documentarla fue la base de lo que es Y os lo cuento, dar visibilidad a situaciones silenciadas, olvidadas. Estuvimos dos semanas mostrando su día a día, desde el punto de vista de una chica y el acceso a la comida. Aquella chica, Najla, se convirtió en una amiga, ella continuó su camino rumbo a EEUU para formarse y regresar a su tierra más fuerte para ayudar a los suyos. Ahora está allí, es madre y ha construido una escuela donde los niños aprenden a leer, escribir, dibujar, además da charlas a mujeres sobre temas como el cáncer de mama.
Nos escribió a ver si podíamos ayudarle con material y nos pusimos manos a la obra y la gente dono libros, cuadernos, pinturas… hasta llenar cinco cajas que enviamos por medio de Anarasd. Su realidad es dura per se, pero encima las aduanas son extrictas y hasta hace poco han tenido retenido el material, pero ya disfrutan de él.
Esperamos que el proyecto de Najla siga creciendo y algún día podamos visitarlo para mostrar su labor.