Hace unos años, un trabajador de Cordes se puso en contacto con nosotros para saber si podíamos colaborar de alguna manera. En ese momento teníamos comprometidos varios proyectos y le dijimos si era posible realizarlo en 2024. La respuesta fue que sí y los dos nos comprometimos a preparar el proyecto que al fin hemos llevado a cabo. Trabajar con Cordes ha sido un lujo y ojalá los proyectos futuros sean la mitad de buenos que este. Todo el equipo nos cuidó inmensamente.

En agosto de 2024 viajamos a Tenancingo, el peso del proyecto era la donación de 8000€ para la construcción de una casa malla y una planta-incubadora de pollos. La primera consiste en un invernadero grande (30×9) que permite el paso del aire pero no de las plagas. Con ello no se ve afectado por el calor ni por las lluvias y pueden hacer de dos a tres cosechas anuales. En este caso fue a la familia de Estelita que feliz nos mostraba los pepinos, pimientos y cilantro que habían salido pocos días antes de llegar y que ha cambiado su vida y la de otras seis familias más. No sólo aseguran la soberanía alimentaria, además generan economía con la venta de los productos.

Por otro lado la planta de pollos consiste en una gallinero, gallinas para comenzar a criar y una incubadora para los huevos. En este caso Sandra fue la beneficiada y feliz nos mostraba los resultados. No sólo ella y varias familias salen beneficiadas, también la Asociación de mujeres solidarias de Tenancingo que recibe huevos, pollos y gallinas. 

Dos proyectos con los que hemos disfrutado mucho y donde son visibles los resultados. Proyectos que sin nuestra aportación no serían posibles ya que el coste es enorme en un país con un sueldo mínimo de 360$, muy poco para ahorrar 4000$ que supone cada una de las construcciones.

El proyecto tenía un premio extra y era conocer y convivir con las mujeres de la Asociación. Comenzando por vivir en casa de Clelia, en familia y siguiendo por compartir el día a día en las jornadas sanitarias y ver el progreso de sus cosechas. Un absoluto placer conocer a Sandra, Clelia, Roselia, Benita, Glenda, Soledad, Estelita y todas sus hijas. La convivencia hizo de este proyecto una experiencia maravillosa. Muchas gracias a todas.