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PLANTACIÓN DE ÁRBOLES EN IBERO

El 21 de enero realizamos una plantación de árboles en el concejo de Ibero. Ana se puso en contacto con Piter el concejal y eligieron árboles (fresnos y arces) y el lugar.

Entre un frío sábado de enero y un martes, los voluntarios y alumnos de Isterria plantaron los 45 árboles con la ilusión de estar sembrando futuro. El disgusto fue descubrir a los días que un vecino del concejo había cortado la práctica totalidad de la plantación.

En estos dos artículos del Diario Navarra y Noticias contaron lo sucedido.

A los días nos reunimos Piter, su mujer y yo y la conversación fue un placer. No solo pidieron disculpas, si no que nos devolvieron el dinero invertido y nos animaron a seguir con las plantaciones a futuro. Además me invitaron a escribir una reflexión para la siguiente asamblea del concejo. Aquí debajo os la dejo.

SIN PRESENTE NO HAY FUTURO

Uno mira hacia el futuro y es incierto. Habrá muchas cosas que se escapen a nuestro control, pero otras muchas están en nuestras manos. Ser conscientes de que sólo tenemos un planeta y hay que cuidarlo, es una de ellas. Se puede hacer con acciones tan simples como reciclar, hacer un uso adecuado del agua y la electricidad, usar menos el coche, y sobre todo, contagiar de ese mensaje a otras  personas, para que ellas hagan lo mismo y así sucesivamente. Puede que no cambiemos nada, o puede que cambiemos todo, eso sólo lo sabremos si lo intentamos. Otra de esas acciones es plantar árboles. ¿Por qué? Porque los bosques regulan el clima, aportan humedad, atraen la lluvia, fijan el suelo, son la casa de muchas especies, serán el pulmón de nuestros hijos… hay tantas razones, que lo raro es que plantar un árbol cada año de su vida, no sea una asignatura obligatoria del ser humano.

 

Por todo eso, desde Y os lo cuento,  decidimos que haríamos una plantación anual, pequeña, porque somos pocos,  pero la suma de pequeñas plantaciones llegará a ser un bosque. Hicimos una en Aranguren, otra en Burguete y en ambas ocasiones el ayuntamiento y sus vecinos aplaudieron la iniciativa,  hasta nos pusieron las herramientas en una y las plantas y el almuerzo en otra.

 

El tercer año elegimos el Concejo de Ibero porque queríamos facilitar la plantación a los alumnos de Isterria. El concejo acogió la iniciativa con alegría y se pusieron todos los medios para llevarla adelante.

Hay que resaltar que la acción es totalmente desinteresada. Son árboles que aunque no seamos nosotros, otras personas verán crecer, dar sombra y oxígeno a sus hijos, que aportarán nutrientes a la tierra y embellecerán el paisaje que miremos dentro de un tiempo. Mejor aún, esos árboles, los disfrutarían dentro de dos o tres generaciones, pero ese es el objetivo, pensar más allá de nosotros para que los que vengan después, tengan como poco el mismo planeta en el que hemos crecido.

 

La cuestión es que detrás de esta acción no sólo hay generosidad, hay esfuerzo físico y económico. Pero a una persona o varias,  no les ha servido que alguien piense en sus hijos,  en el futuro de su entorno,  tampoco que alguien se levante un sábado de invierno para plantarlas, y mucho menos que gaste de su dinero para que otros salgan beneficiados. Esa persona o personas sólo han contemplado lo que ellos consideran correcto.

 

Lo primero de todo, la plantación se ha realizado en un comunal que pertenece al concejo y no a un particular,  cumpliendo la distancia y respetando la planta autóctona. Al final, gracias a una iniciativa del Ministerio de medio ambiente, solicitamos 45 plantas acorde con lo solicitado y nos las concedieron. Entre tres y cinco años de cuidados,  valorando cada planta en 50€, un total de 2250€ en plantas. Años de atenciones, de esfuerzo y de inversión para sembrar futuro. Gracias al Ministerio, la planta nos la daban, pero teníamos que traerla desde Segovia. El favor de un transportista rebajo el precio hasta los 300€, y el 19 de enero conduciendo en pleno temporal de nieve, ahí estaban, en el terreno de Ibero esperando a ser plantados. Pero a alguien no le pareció buena idea, y todo ese esfuerzo de años de vivero,  de transporte,  de plantarlos, no sirvieron para nada. Más de 3000€ truncados por la irresponsabilidad hacia si mismo, hacia sus vecinos, hacia nosotros,  hacia sus hijos, hacia el planeta.

 

Lo positivo es que en dos mañanas,  los 45 árboles ya tenían su sitio y sólo el paso del tiempo convertiría esas plantas en hermosos árboles. Un imprevisto como este no supondrá un freno en nuestra iniciativa y seguiremos pensando en plantar árboles, porque la semilla de hoy es el árbol de mañana. 

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