PROYECTO EN PALESTINA
Palestina era un destino al que queríamos ir hace mucho tiempo. Es una de tantas realidades olvidadas y de la que recibimos poca y mala información. La vulneración de derechos es terrible, pero queríamos ser testigos y trasmisores de ello. El plan inicial era ir con bicicletas para recorrer de manera sostenible y después dejarlas, pero nos encontramos con dos trabas, las aduanas isrealíes y la dificultad de movernos por las carreteras, controladas por las autoridades isrealíes. Descartada esa opción, nos moveríamos en trasnporte local.
Gracias a Lidón Soriano, activista que ha participado en más de veinte proyectos allá, con mucho conocimiento y contactos, nos ayudo con el programa. Visitaríamos numerosas organizaciones. También asistiríamos a actividades en contra del muro, dormiríamos en campos de refugiados y entrevistaríamos a personas. El plan era perfecto, un grupo de ocho personas llegamos a Jerusalén el 1 de marzo de 2020. Dos semanas de programa y otras dos para ayudar en alguna de las organizaciones que necesitasen una mano.
Todo marchaba según lo previsto y conocimos a diferentes personas y organizaciones en Jerusalén y Ramallah. Adameer, Israel realiza detenciones administrativas, sin cargos. Hay más de cinco mil presos en condiciones infrahumanas. El comite de mujeres, ibamos a completarlo en Nablús, pero no pudo ser. El UAWC, que es el comite de trabajadores agrícolas. Y el BDS, para las personas que estamos fuera es una herramienta para hacer algo contra Israel. A nosotros nos lo enseñó Mahmood, pero al mes y medio de irnos lo detuvieron. La realidad actual es que la mayoría de estos comites durante el covid, cuando la miradas estaban puestas en la pandemia, Israel se dedicó a entrar a la fuerza, destrozar y robar documentos y ordenadores y cerrarles con puertas blindadas (hemos visto las imágenes). Lo hicieron con organizaciones al servicio civil argumentando ser terroristas, acto que no repercutió y con total impunidad.
El 6 de marzo se decretó el estado de emergencia debido la Covid-19 y nos quedamos estancados en un apartamento de Ramallah. Todos los transportes prohibidos para extranjeros, todas las actividades suspendidas y nuestro regreso en peligro. Gracias a Naama, una antisionista israelí, que conocimos el primer día, pudimos salir por uno de los controles destinado a colonos y la noche del 10 regresar a España con mucho por contar. Estamos convencidos de que haremos segunda parte del proyecto, ya que lo poco que compartimos allá, fue suficiente para saber que nos ocultan muchas cosas y que necesitan más que nunca que difundamos su causa.
Aquí debajo están los vídeos que iba haciendo cada día. El último de ellos es el reportaje que nos hizo Ahötsa tb del proyecto que íbamos a realizar.