En mayo de 2022 fuimos a Mozambique. En concreto al hospital el Carmelo en Chókwè. Dos años antes, en plena pandemia conocimos a una mujer que era miembro de Utomi, una ong que colabora con ese hospital desde hace años. Nos contaron la labor que se hace allí con los enfermos de sida y tuberculosis y quisimos colaborar. Ellos en concreto entre otras muchas cosas ayudan en el salario de las activistas, que son personas que tienen sida y que quieren ayudar a personas que se han contagiado en su camino para normalizar la enfermedad.

Nuestra colaboración principal fue la compra de un ecógrafo portatil. Nos dijeron que lo necesitaban, sobre todo para las visitas domiciliarias. Muchas personas por su estado de salud o por falta de recursos no pueden acudir al hospital y el ecógrafo ayuda en el diagnóstico. Así que nos pusimos manos a la obra para recaudar los 10.000€ que costaba y lo compramos.

Después ahorramos para poder ir allí, pero como algunas veces hacemos le añadimos el componente bicicleta para llegar hasta el proyecto. Salimos de Johanesburgo y recorrimos parte de Sudáfrica, Suazilandia y Mozambique durante 12 días y 700km hasta el Hospital.

El 10 de mayo llegamos al Hospital y allí nos esperaban con los brazos abiertos María Elisa y Madalena, dos de las monjas que dirigen el Hospital y que con 80 años son un ejemplo de generosidad y dedicación a los más pobres.

El resto del grupo llegó el 11 y pasamos una semana cada uno en sus labores. Petu como mecánico ayudando en la reparación de los vehículos, Sheila y Edurne como enfermeras en las labores del hospital, Patricia ordenando medicamentos y elaborando geles, Anica como comodín a lo que se necesitara y yo a la grabación del vídeo para mostrar la labor que se hace allí.

Agradecer a Utomi la buena comunciación para llevar este proyecto adelante, a las hermanas del Carmelo por su acogida y gran ejemplo y al equipo de personas que fuimos por la buena semana y experiencia que vivimos. Aquí abajo podéis ver el reportaje sobre la labor del Hospital.