Sin ser un día intenso de trabajo, hemos hecho varias cosas. Cada vez normalizamos más nuestra vida en San Blas. Los motocarros pasando a cada segundo, los puestecitos de comida, las mujeres con sus faldas y wipiles, la música de rancheras por todos los lados y lo peor, ver escombros en cada esquina. Esto último no es típico de México, es culpa de un terremoto que les tiene reconstruyendo sus casas y que aún sigue replicando todos los días y terminas por acostumbrarte.
Nos levantamos pronto y caminamos hasta el punto donde sale la marcha contra la violencia. Pero al no saber el lugar, damos más vueltas y llegamos tarde. A nuestra manera hemos caminado en protesta, solo que no en grupo. Después hemos quedado con los del DIF para ir a comprar todos los alimentos. El lugar es la plaza y justo esa mañana reparten audífonos a gente que los necesita.
El almacén donde compramos todo es La sevillana. Hacen precios razonables y se ve un lugar más humilde. Ahí se compra al por mayor. Cerca están los centros comerciales de Salina Cruz. Esta ciudad, sin haber entrado se intuye mucho más rica. Tanto los coches, como la gente y sus tiendas son occidentales.
Compramos 300kg de arroz, 300kg de frijoles, 150kg de harina de maseca y 400 bolsas de jabón. Total 671€ que llevaremos el lunes a San José. La gente del almacén no puede evitar preguntarnos de dónde venimos y por qué compramos tanto. Cuando les contamos agradecen el esfuerzo.
A la tarde recorremos parte de las calles de San Blas grabando recursos de los escombros y en algunos casos nos dejan entrar en sus casas para que veamos como se han caído los techos. Algunos han podido reconstruir con el dinero del estado, a otros no les ha llegado para nada, otros tenían ahorros y ya viven normal, otros siguen en tiendas de campaña. La cosa es ver como al no tener dinero muchos viven en sus casas sin techo, pero con los muebles y espacio como si los tuvieran.
Ya es de noche y es curioso ver como celebran las bodas. Nos cruzamos con un grupo de mujeres vestidas con los trajes tradicionales. Todas van con barreños de plástico en donde les han llevado a los novios alimentos. Suelen comer en la calle y al terminar unos músicos tocan instrumentos por la calle y los novios y la familia van detrás.