El primer día en Ramallah, asistimos a una rueda de prensa. En ella la madre de un chico que está en prisión se quejaba de las medidas punitivas isrealíes. Su hijo está en prisión desde hace meses por un delito sin cargos demostrados, el castigo a parte de las torturas, la prisión, es el de demoler la casa familiar y quedarse con el terreno. Son medidas medievales y la sociedad internacional no hace nada por evitar este atropello.